La Ruta de la Seda empezó en el siglo II A.C. para propósitos militares y políticos, más que para el comercio, la seda no era la principal mercancía de la ruta en las primeras épocas. La dinastía Han sacó muy poco provecho de ella hasta que los romanos se convirtieron casi en fanáticos de la seda, lo que se tradujo en grandes beneficios.
Cuando se habla de la expansión de la seda en el mundo, la Ruta de la Seda tiene un papel primordial.
La Ruta de la seda conectaba China con los países de Asia Central y Occidental, trayendo tanto un riquísimo intercambio cultural como la difusión de la seda. La ruta de la seda servía para transmitir conocimiento e información de las ideas entre el este y el oeste. Muchos productos transitaban estas rutas, seda, metales preciosos, telas de lana, ámbar, marfil, vidrio, materiales mano facturados…
También se conocía en la India desde tiempos inmemoriales un gusano cuyos hilos se podían hilar, pero esta seda no poseía ni el brillo ni la pureza del gusano blanco de la China.